martes, 26 de julio de 2011

El pitero giff

Francamente no entiendo por qué le entregaron ese reconocimiento a Mario Almada, o mejor dicho, no entiendo de qué modo puede ser bueno haberlo hecho.
Su aporte al cine (mexicano o no) es similar a cero. Es decir, fue mal actor, sus películas están plagadas de errores y está de más decir que no hay propuesta en ninguna de ellas.
Mas allá, es una figura gris.
Abundan personajes de la cultura popular que fueron o son malos actores y todo lo demás, pero hicieron reír a alguna masa o eran de buen ver, Almada no, nada.
Hizo cincuenta mil películas que se han hecho conocer más por su volumen y una vaga idea de su contenido que alguna individualmente.
Sinceramente, la obra entera de Almada me parece vergonzosa, si me la quieren vender como cine; ergo, darle un premio por su trayectoria y culturizar sus cintas está totalmente fuera de mi comprensión.
Yo no sé, quizá me falta un sentido, estoy demasiado pendejo (pero bien, bien, bien), que creo que hay gente a la que se le debe eso y más, como Carlos Reygadas y Arturo Ripstein, quienes han hecho los más deliciosos retratos de eso a lo que podríamos llamar “lo mexicano”.
Por que así venden a Almada, como un retratista logrado. Por favor. Y bueno, podríamos decir que Ismael Rodríguez retrató a un México inexistente, y se le puede tildar de mentira y complicidad con el sistema político, pero hay una enorme calidad estética cuando menos, y en la cosmogonía almadiana no la hay.
La entrega del premio del Guanajuato Internacional Film Festival (giff) a Almada se me antoja un grave síntoma que anuncia otra decena de décadas de pueblo agachón.
Hace 10 años todos hacían mofa del cine (es un decir) de Almada, hoy es un guía espiritual del cineasta mexicano a través de su obra, y eso no nos va a traer más que vergüenzas en todos los niveles.
Como dijo Ezra Pound (o no recuerdo si fue Guillermo Samperio): Una cosa es que les guste la mierda, pero no me vengan a decir que la mierda es arte.
Y ahora que recuerdo, ahí está Luis Estrada, que creó El Infierno y La Ley de Herodes, llenándose de algo que apunta muy bien a ser polvo del olvido, cuando debería ser gloria sobre gloria. ¿Ya vieron El Infierno? Es lo mejor que ha dado esta década el cine hecho en México, señores, gran argumento, actuaciones preciosas, diálogos riquísimos, personajes inolvidables, poesía por todos lados y sin embargo tan pero tan ligera. Pero el premio es para Almada, claro.

Piterez numerada:

1.- En México el apoyo cultural no existe, pero en Guanajuato, así de raquítico como está, es donde hay más. Es bonito, yo también me emocioné cuando supe que existiría el Rally Malayerba y el Festival Expresión En Corto. Pero era demasiado bueno para ser verdad, es como la mayoría de los concursos y festivales (de cine, de poesía, de pintura, de todo), una podredumbre de compadrazgos y enemistades y así es hasta el día de hoy.
2.- Existe una tibieza de criterios en cuanto a la directriz del En Corto hoy giff, y se piensa invariablemente en la derrama económica. ¿Por qué invitar a Burton? Dios, hay diez mil mejores cineastas en el mundo que no hay hecho su decena de cintas predecibles y sobremasticadas, ¿Por qué no invitar a Kim Ki Duk? Los gringos -que son los de la derrama- sólo ven cine gringo y quienes dirigen el festival lo saben. Tan lo saben que presentan el festival en inglés, principalmente.
3.- ¿Entonces, por qué hacer el festival en Guanajuato? Al principio -imagino- buscaban plantear a Guanajuato como una capital mexicana de la cultura. Todos sabemos que en México el “nivel cultural” en los individuos – nivel y cultura como son entendidos por la burguesía- no lo hay y mucho menos tiene capitales. Sería lo mismo hacer el festival en Xichú. El hecho de efectuarlo en Guanajuato no habla más que de hipocresía. (un festival de arte en el mayor bastión de la mochez nacional, Guanajuato, hazme el favor).
4.- Sí, no existe apoyo cultural en México. Y no tiene por qué existir, como tampoco deberían existir los programas Progresa y Procampo. Desgraciadamente la mayoría de los artistas tienen esa rastrera costumbre de estarle pidiendo al gobierno para todo. Hay que quitarnos eso, de verdad. Si no, vamos a seguir teniendo festivales como los que “nos dan”, como el giff que tenemos: ajeno, chafa y palanquero.

jueves, 7 de julio de 2011

Dos dedos

Cualquiera con dos dedos de frente puede ser periodista.
Para empezar es un oficio, no una profesión. Es igual que ser carpintero, herrero, panadero o campesino.
Los conocimientos técnicos son siete u ocho reglas que se aprenden en una hora y se asimilan en menos de cuatro meses de ejercicio.
Quizá cabría añadir dos meses más por cada fuente, debido a las mañas características de cada una.
Simplemente el que puede articular correctamente una frase con sujeto, verbo y predicado (con sintaxis y ortografía), puede ser periodista. En eso consiste el periodismo, en decir el sujeto, su acción y complementar.
El capitalismo nos ha vendido una idea de lo único que va a ser difícil de digerir.
Un sólo amor, -para siempre-, una sola vida, refrescos de 600 mililitros, pizza individual, una sola vocación, un solo talento.
Muchas personas van por la vida con el autoestima arrastrando debido a este axioma, pensando que hay dos o tres cosas que le gustan pero ninguna es La Vocación, El Talento que le darán sentido puro a su vida.
El ser humano promedio cuenta con una serie de capacidades generales en su edad adulta, si se ejercitan o no es otro asunto, la vocación y el talento son valores morales burgueses determinados por las condiciones históricas del ser y pueden mutar según sus necesidades de sobrevivir.
Dentro del juicio burgués el talento y la vocación son resúmenes asimilables de la capacidad de acumulación de capital de un ser humano, para su mejor administración se habla de un solo resumen por ser. Un ser alienado de este juicio moral no tendrá “un” talento, “una” vocación, será un ser. Pero debe hacerse encajar con estas “cualidades” (en las categorías ya establecidas, arte, deporte, ciencia, sus desgloses) en el mundo del capital para subsistir y vender su talento como garantía de una buena fuerza-trabajo.
Ahora, sin duda pocos seres humanos (en proporción) pueden visualizar el fenómeno físico de la acústica (no la simple representación de las ondas de rayas emanando de una antena) y trabajar con ello, se requiere una capacidad de abstracción que no se consigue con práctica, pero cualquiera puede decir en un texto que mañana entrará en vigor el aumento al pasaje en los microbuses.
Algunos dicen que se requiere capacidad de síntesis, suspicacia, persistencia, ingeniería social. Para ninguna de estas cosas se va a la universidad, además son cualidades desarrollables, no se requiere genética privilegiada.
Debemos dejar de encumbrar este oficio, debemos dejar de encumbrar cosas, somos más animales, mucho más simples de lo que queremos aceptar. ¿Ya leyeron El Mono Desnudo de Desmond Morris?
Y parafraseando a Ricardo Castillo “La verdad está al fondo a la derecha, donde no se puede llegar de frac”.